viernes, 13 de marzo de 2009

Las monedas del suelo


Por fin llega a nuestras manos una auténtica leyenda de terror, perfectamente localizada en el lugar, Córdoba, aunque por supuesto la ubicación exacta de la vivienda donde tuvieron lugar los hechos es completamente desconocida.
Sin ninguna duda, ciertos anacronismos nos hacen dudar de la veracidad del relato, puesto que los vecinos tenían teléfono, pero sin embargo la búsqueda del tesoro tenía que hacerse a la luz de las velas...¿No había linternas? Aquí tenéis el relato, juzgad vosotros mismos...
Esta es una leyenda de terror típica de Córdoba que se escucha en todas las zonas de la ciudad. La historia trata sobre una antigua casa del centro de la ciudad que se dice está encantada y cuenta que en ella hace mucho tiempo vivía una familia acomodada que tenía una hija pequeña y varias criadas a su servicio.
Una noche mientras la niña dormía escuchó unos ruidos en el pasillo, abrió lentamente la puerta de su cuarto para mirar el pasillo que comunicaba los cuartos, enormemente largo y oscuro, lleno de cuadros y enlosado.
Al final del pasillo la niña vio lo que parecía un niño de su edad levantando una de las losetas y metiendo algo dentro de un hueco en el suelo. La niña no podía creerlo, lo que vió relucir en la mano del muchacho al pasar por la tenue luz que entraba por la ventana eran monedas de oro.
Cuando el niño se fue salió y se dirigió hacia allí; entonces apareció una de las criadas con una vela enorme que también había visto lo que había pasado y quería sacar partido.
Decidieron que no dirían nada a nadie, todas las noches se acercarían y con la ayuda de la luz de la vela levantarían la loseta y sacarían las monedas hasta acabarlas. Todas las noches la niña,que por su tamaño cabía dentro, se metía en el hueco bajo la loseta e iba dando monedas a la criada, quien las iba guardando en un enorme saco. Las noches pasaban y aquel tesoro parecía no acabarse nunca. Cada noche que pasaba la vela iba consumiéndose más y más, pero las monedas seguían saliendo a pares y no querían dejarse ninguna.
Una noche en medio de su labor la vela comenzó a parpadear haciendo amagos de apagarse, la criada le dijo a la niña que saliera del hueco, que ya tenían dinero de sobra. La niña le hizo caso y abandonó el escondrijo, pero en el último momento una moneda cayó del saco al hueco y, en un acto de avaricia y sin pensárselo siquiera, la muchacha se metió de nuevo en el hueco. La criada intentó agarrarla pero no pudo, mientras le gritaba que por favor saliera de allí y dejara la moneda, pero en medio de ese griterío la vela terminó de apagarse. En el momento justo en que el último rayo de luz salió de la vela la loseta se cerró ante los ojos de la criada dejando a la niña dentro.
La criada decidió no decir nada a nadie, los padres dieron a la niña por desaparecida y el tema se fue olvidando con el tiempo. Pero aún en la actualidad dentro de esa casa se siguen oyendo por las noches los gritos de auxilio de la niña que repiten noche tras noche en el pasillo \"Por favor...socorro...sacadme de aquí...\". Incluso la policía ha acudido multitud de veces ante la llamada de los vecinos que oían voces pidiendo ayuda, pero al llegar al viejo caserón lo único que siempre han encontrado es una vela vieja y consumida puesta justo en el centro de una loseta...

sonrisa paayso

La sonrisa del payaso
SE HAN EXTENDIDO COMO LA PÓLVORA NUEVOS CASOS DE ESTE BRUTAL ATAQUE DE BANDAS VIOLENTAS, CON EL QUE MARCAN A SUS VÍCTIMAS DE POR VIDA

La historia que durante los últimos meses se ha extendido como la pólvora en distintas capitales, como Madrid, Barcelona o Valencia, produjo la semana pasada el pánico en Cuenca. Al parecer, a algunos universitarios les habían amenazado con hacerles la "sonrisa del payaso". ¿En qué consiste dicha práctica? En rasgar con un cuchillo las comisuras de los labios, o hacerles sujetar una navaja con la boca (con el filo hacia dentro), y provocarles la risa o gritos. De este modo, la herida se rasga provocando una espantosa herida. Un modo de marcar, como a ‘Joker’, a una persona para toda la vida.Hay quien señala que el origen de tan macabra acción estaba en una apuesta. Apuesta mantenida por dos bandas que estarían de acuerdo sobre en qué lugar y en qué momento se pasaría a la acción. Una acción que consistiría en presentar ante sus rivales el mayor número de víctimas posible, porque, como en todo ‘juego’, siempre tiene que haber un ganador. ¿Y quiénes serían las víctimas? Las habría de dos tipos, según el sexo del damnificado. A los hombres, se les arrancarían los dientes a golpes, sin importar si se realiza a martillazos o, incluso, con alicates. A continuación tendría lugar un corte amplio, profundo, desde la comisura de los labios hacia el interior de la boca, a ambos lados, dando forma a una estúpida sonrisa del payaso cuyas cicatrices llevaría el afectado durante toda su vida.Las mujeres tampoco se librarían del castigo. A ellas les tocaría elegir, porque con ellas se aspira a dar un trato más ‘benevolente’. Una elección que supondría decidir entre si prefieren ser violadas o quedar marcadas con la sonrisa del payaso. Un ‘mejor’ trato que también tendría su contraprestación. Si no se deciden, sufren ambas cosas. De hecho, hay gente que asegura que a una estudiante que esperaba para coger el autobús se le acercó un grupo de skins, que iban en un coche, y le preguntaron: “¿Qué prefieres: ser violada, que te rompamos los dientes contra un bordillo o que te hagamos la sonrisa del payaso?”.

Ouija en la casa abandonada


CINCO CHICOS DE VALENCIA SE REÚNEN EN UNA CASA SOLITARIA EN MITAD DE TIERRAS DE CULTIVO PARA PRACTICAR ESPIRITISMO

En un pueblo de la Comunidad Valenciana ocurrieron estos hechos, contados por alguien de la misma localidad. Una noche, cinco chicos se reunieron en una vieja y solitaria casa abandonada en mitad de tierras de huerta con el fin de hacer espiritismo.
Lo prepararon todo, comenzaron, y como en cada sesión que se precie, uno de ellos, el portavoz, hizo la cuestión de inicio:"Si hay alguien que te moleste aquí, dinos quien es y se irá". El vaso indicó dos nombres, los dueños de los nombres se miraron sorprendidos y se despidieron de los otrostres. Volverían al pueblo caminando y ya se verían más tarde. Dejaron a los otros tres con su sesión de espiritismo y conversaron por el camino. Cuando llevaban unos cien metrosandados, escucharon un ruido y se giraron: La casa caía derrumbándose sobre los tres chicos que se habían quedadoen la sesión espiritista.